Inauguración, miércoles 20 de marzo en el Espacio Expositivo Progreso80, a las 20:00 horas.
Puede visitarse en la sala hasta 30 de abril de 2024, día de su clausura. Visita concertada, llamando por teléfono al +34 968 969 498
La exposición puede ser visitada del 20 de marzo al 30 de abril de 2024 de forma virtual a través de la webcam instalada a tal efecto en la sala https://www.progreso80.com o concertando una visita, llamando al teléfono +34 968 969 498
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Diario La Verdad de Murcia:
José Molera, la imaginación del escultor que fue antes torero.
Revistart (Revista 221)
Imaginario, escultor y torero. José Molera
Tomás Ruiz Planes
Progreso 80 continúa con su agenda cultural 2023-24 y presenta Imaginario, escultor y torero. José Molera. Exposición visible, desde su inauguración el miércoles 20 de marzo hasta el 30 de abril a las 20:00 horas, momento de la clausura de la misma.
José Molera Jiménez (Murcia,1926 – Murcia, 13 de septiembre de 2017), para unos Pepe , Molera para otros. Nace y pertenece a esa Murcia pequeña, cercada y delimitada por huertos, una Murcia visible y reconocida fuera de sus fronteras por su arraigada tradición escultórica. Molera es heredero de esa generación de escultores cuya tendencia e inquietudes artísticas saltan y se preparan hacia una nueva estética expresada a lo largo de la segunda mitad del siglo XX.
Artista adherido a una larga, larguísima lista de escultores que no sólo fueron continuadores de la imaginería religiosa barroca del siglo XVIII, o la escultura neoclásica del siglo XIX, que se nutría y alimentaba tanto de la propia escuela salzillesca, con Francisco Sánchez Tapia o sus hijos Francisco y Manuel Sánchez Araciel , mientras que otros, ya empezaban a alejarse de esa línea salzillesca. Por esta senda, en el último cuarto del siglo XIX nace en La Albatalía el escultor Anastasio Martínez Hernández (1874-1933), desde su taller situado en Murcia, abarcó escultura religiosa, funeraria, ornamentación arquitectónica, mobiliario, etc. Sus aportaciones plásticas se convierten en colaboraciones y soluciones decorativas utilizadas por arquitectos del modernismo murciano como Pedro Cerdán o José Antonio Rodríguez . Del taller de Martínez Hernández aprende el arte de la escultura José Planes o Clemente Cantos.
En las primeras décadas del siglo XX, Murcia alcanza una esperada escultura moderna , expresada por los maestros de la estatuaria como José Capuz, José Planes Peñalver, Antonio Garrigós, Clemente Cantos o Juan González Moreno, entre otros. Son también de reconocido trabajo los imagineros Gregorio Molera o José Sánchez Lozano quienes continúan atendiendo la demanda de obras de carácter religioso, con la intención de sustituir la pérdida de aquellas obras pasto del fuego durante la Guerra Civil. Entre unos y otros, se está consolidando lo que será el germen que permita el paso de lo moderno a lo contemporáneo.
Volviendo con Pepe Molera, de obra dilatada y prolija, se arranca y conforma, con el respaldo clásico y academicista, conocimiento y saber contenido en el taller escultórico de su padre, Gregorio Molera Torá (Orihuela, 1892 – Murcia, 1970). Gregorio Molera pertenece y enriquece la defensa y cuidado de lo académico, estricto y riguroso propio de la escuela escultórica murciana del siglo XIX de la que emana su obra, en ocasiones su estilo, temática y siempre su incansable deseo de trabajo y aislamiento de la sociedad para ofrecer su obra religiosa o profana.
Pepe Molera estaba acostumbrado a colaborar y a ayudar a su padre, Gregorio, en el taller-fábrica de la calle Ceferino, nº1 en el Barrio de San Antolín, Murcia. El nombre de esta calle nos aclara Ortega y Pagán en Callejero Murciano, se debe a uno de tantos “regidores nobles”, tanto por la hidalguía, como por el celo e interés que puso en la defensa de los intereses de la ciudad.
Molera padre , a su vez, se formó en el taller de Manuel Sánchez Araciel, situado en el ángulo que une la calle Sandoval con la calle del Aire en San Nicolás, Murcia. A principios del siglo XX, Molera padre , a la edad de 16 años, ingresó en la Academia de Amigos del País, donde modelaba copiando los yesos, aprendía a hacer moldes y dibujaba copiando estatuas de yeso. Se inicia en esos días la relación de amistad y trabajo entre él y sus compañeros José Planes, Clemente Cantos y Pedro Flores, que provenían del Círculo Católico. Sin duda, esta relación enriquece y depura el ambiente artístico en el que José Molera nace y se desarrolla.
José Molera Jiménez junto al resto de sus hermanos -llegaron a ser 11- siguieron los pasos de sus padres y se fueron instalando en función de las necesidades o espacios que su padre alcanzaba. Así que desde la Plaza Trinidad nº 14, pasando por la plaza de San Andrés junto a la casa del Marqués, hasta que un nuevo cambio los traslada a la calle Ceferino nº1 en San Antolín, donde Gregorio Molera , fue nombrado alcalde de barrio una vez finalizada la guerra civil. Vivieron 20 años en el Barrio de san Antolín, lo que le permitió conocer de primera mano la realidad social de una Murcia de fuertes diferencias sociales, de necesitado desarrollo acompañado de nuevas propuestas artísticas de la mano de una generación que ha llevado el nombre de Murcia a las grandes ciudades españolas y del resto de Europa.
La obra de José Molera , como la de otros tantos pintores y escultores murcianos tiene un fuerte valor histórico-artístico. A través de sus retratos se puede hacer una aproximación antropológica a la cultura popular de la sociedad murciana de la segunda mitad del siglo XX. Personalidades más o menos influyentes de la cultura, economía, política o sociedad murciana retratadas en varios soportes, variados materiales de la mano de Molera . Barro cocido, madera, escayola o fundiciones en bronce o piedra son el soporte utilizado por el artista para expresar volúmenes de una escultura figurativa minuciosa y repleta de detalles. En otras ocasiones, entregado al ensueño o imaginación, nos muestra composiciones o formas cercanas a su mundo interior, expresión intimista que le permite romper con esos cánones de belleza preestablecidos en la estatuaria.
Animales, escenas de juego de niños, lo cotidiano de las casas de la huerta, los auroros, etc., su obra está rodeada de sus vivencias próximas y diarias. Lo plasma en Niños y gato , Carrusel volante, Mujer y conejo , El oso , etc. Así lo expresa, muy a pesar de cómo fueran recibidas en los círculos artísticos, Molera se expresa abierto y convencido de su obra, su carácter aislado remarca este sentimiento y convicción sobre su propio estilo, no se puede ser más moleriano. Sobre este aspecto, el pintor y crítico de arte Juan Bautista Sanz , que sin duda dispone de los ojos más afinados y críticos de nuestro entorno, dice: “los gordos de Molera no entran en esa estética o gusto concreto reclamado por una sociedad murciana que está demasiado influenciada por lo salzillesco”.
No obstante, José Molera recibe, aunque tal vez no sea bastante, un reconocimiento suficiente para provocar un mayor interés por su obra de lo que se ha demostrado hasta ahora. José Molera, escultor y torero en 1950 es premiado por la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Murcia, en 1966 recibe la Tercera Medalla Nacional de las Bellas Artes con Desnudo de Mujer, dos años más tarde, en 1968 es homenajeado con el Premio Chys, otorgado por Manuel Fernández-Delgado Maroto, quien fundó en 1951 este espacio dedicado al arte en el número 34 de calle Trapería, en Murcia y que durante más de 70 años se ha ocupado de difundir, divulgar y acercar la obra de decenas de artistas murcianos, consolidando una amistad que tiene al arte como medio de conexión.
Molera realizó obras conmemorativas y de reconocimiento a otros artistas; en 1967 realizó Monumento a Fofó, instalado en octubre de 1976 en el Parque Municipal de Elche, Alicante. Tras la muerte de Antonio Garrigós en 1968, artista y murcianista, la Academia Alfonso X el Sabio encargó a Molera un busto en piedra, situado en el Jardín de Floridablanca y bajo el nombre Monumento a Garrigós. Una mañana del mes de mayo de 1984, fruto de un acto vandálico, el busto apareció destrozado. Facilitando su sustitución por la fundición en bronce que actualmente se puede disfrutar. Desde febrero de 2003, en el parque de la Constitución de Ceutí, se erige Homenaje a los niños, conjunto escultórico de composición piramidal de 4 metros de altura, compuesta por un grupo de niños cercanos al juego y la lectura. En 2007 se instala en la explanada de acceso al Museo de Fuente Álamo, Murcia, Mujer peinándose, escultura en bronce.
Progreso 80, ofrece un rico recorrido de la vida y obra del torero, “que tenía más miedo a los banderilleros que al propio toro”, comenta el mismo Molera, como una de sus experiencias taurinas. Más de medio centenar de obras que denotan y remarcan el trabajo incansable, dedicación exclusiva y decidido oficio que la voluntad y deseo del Molera torero se complementa y distingue con el oficio de escultor.
Sean estas palabras las que justifican y acompañan el comisariado de esta exposición bajo el título: Imaginario, escultor y torero. José Molera junto a otros titulares dedicados a su vida y obra como: «Picasso, Curro Romero y Pepe Molera» a cargo de Patricio Peñalver, «Un escultor guarda silencio» de Juan Bautista Sanz, «Maestros y discípulos de la gran generación de escultores» o «Adiós a un escultor tan reconocido como olvidado» por Pedro Soler, quien fue redactor jefe de Cultura de “ La Verdad ” hasta su jubilación.
José Molera y otros muchos artistas murcianos merecen que su vida sea narrada, valorada y revivida a través de su propia obra.
Tomás Ruiz Planes
Comisario de la exposición