«Procesador B-100001 (módulo 11)»
Cuando decidí iniciar la serie Procesadores (2012) la idea que cobró más fuerza y que resume la filosofía creativa de esta aventura, fue sin duda, la de conceder inteligencia a la obra, empezando a trabajar en un estado “esquizofrénico”. Tal vez sea un concepto parcialmente asumible por un formalismo cargado de ironía. Después de los primeros experimentos, se fue imponiendo un centro desequilibrante en la composición, uno de mis retos fue controlar esa anomalía. En 2015 añadí un paréntesis al título, en el que se nombraba a un virus, ahora que la pandemia es una realidad, la serie “Procesadores” lo suprimirá, en ningún momento pensé aludir a la posibilidad de sufrir una crisis como la actual.
Un Procesador es esencialmente una veladura infinita.